El rápido progreso en casi todas las áreas de la tecnología, la agitación de las condiciones sociales y no menos importante la tan citada globalización de la economía: estas son las palabras que definen nuestra era de cambio constante. Una empresa como la nuestra, con la pretensión de estar a la vanguardia en sus segmentos de negocio a nivel mundial, no puede escapar a este cambio. Más aún: debe moldear activamente este cambio y asumir un papel de gestión, incluida la voluntad y la capacidad de cambio.
Hemos asumido este papel de gestión. A lo largo de todos los límites del departamento, área y país, estamos mejorando los procesos, hacia la producción sincronizada y una empresa esbelta.
La base para esto es nuestra filosofía corporativa con sus valores. Especialmente la consecuencia, cómo logramos los cambios, requiere objetivos claros (nos muestran el qué) y valores inconfundibles (nos muestran el cómo).
Nuestra filosofía con sus principios rectores nos ayuda a no salirnos del camino. Esto se aplica a las decisiones que tenemos que tomar en nuestro negocio diario, así como a la orientación estratégica. "Sé el cambio que deseas para este mundo", dijo Mahatma Gandhi. Cada uno de nosotros es necesario. Y para la acción de cada individuo la filosofía es la base y la justificación.